De la tierra a la mesa: el proceso artesanal del aceite de oliva mallorquín

El aceite de oliva es uno de los productos más emblemáticos de la gastronomía mediterránea y, en Mallorca, muchos productores seguimos un proceso artesanal que respeta la tradición y la calidad de un producto excepcional. Desde el cultivo de los olivos hasta el embotellado del aceite, cada paso está marcado por el cuidado, la paciencia y el respeto por la naturaleza. A continuación, exploramos el proceso artesanal que convierte las aceitunas mallorquinas en un aceite de oliva virgen extra de excelencia.

En Oli Solivellas el aceite se extrae directamente de las aceitunas en perfecto estado y únicamente a través de procedimientos mecánicos, sin intervención de procesos químicos.

1. El cultivo de los olivos

Mallorca cuenta con una larga tradición en el cultivo del olivo, con variedades autóctonas como la mallorquina, la empeltre, la arbequina y la picual. Los olivos crecen en un entorno privilegiado, con suelos calizos y un clima mediterráneo ideal para su desarrollo. Los agricultores cuidan estos árboles con esmero, utilizando técnicas sostenibles que garantizan la salud del ecosistema y la calidad de la cosecha.

2. La recolección manual

El proceso artesanal del aceite de oliva comienza con la recolección de las aceitunas, que se realiza de forma manual o con la ayuda de peines mecánicos para preservar la integridad del fruto. La recolección suele llevarse a cabo entre octubre y diciembre, dependiendo del grado de madurez de las aceitunas. Cuanto más temprana sea la cosecha, mayor será la calidad del aceite, obteniendo un producto más fresco y aromático.

3. La molienda y el prensado

Una vez recolectadas, las aceitunas se transportan rápidamente al molino para evitar su oxidación. Allí, se limpian y se muelen para obtener una pasta homogénea. En el proceso artesanal, se utilizan prensas de capachos o sistemas modernos de extracción en frío, asegurando que la temperatura no supere los 27°C. Esto permite conservar intactas las propiedades organolépticas y nutricionales del aceite.

4. La decantación y el filtrado

Tras la extracción, el aceite se deja reposar en grandes depósitos de acero inoxidable para que los residuos sólidos y el agua de vegetación se separen de manera natural. En algunos casos, el aceite se filtra para eliminar impurezas, pero muchas almazaras optan por dejarlo sin filtrar, ofreciendo un producto más intenso en sabor y con una textura más densa.

5. Análisis antes del embotellado

Antes del embotellado, el aceite debe analizarse química y sensorialmente. Un laboratorio acreditado por ENAC examina las muestras enviadas y certifica que el grado de acidez no es superior, en nuestro caso, al 0,2º y que su sabor y aroma son irreprochables y libres de defectos.

6. El embotellado y la conservación

Finalmente, el aceite de oliva virgen extra se embotella en envases opacos que lo protegen de la luz y el calor, garantizando su frescura y calidad. Cada botella representa el trabajo y la pasión de los agricultores y maestros almazareros que han seguido un proceso minucioso y respetuoso con la tradición.

Un producto con historia y sabor

El aceite de oliva mallorquín no solo es un ingrediente esencial en la cocina, sino que también es un reflejo de la historia y la cultura de la isla. Su sabor lo convierte en un producto gourmet apreciado en todo el mundo.

Optar por un aceite de oliva artesanal es elegir calidad, tradición y un vínculo con la tierra. Desde los olivos de Es Guinyent hasta la mesa, cada gota de este oro líquido lleva consigo el esfuerzo y la dedicación de generaciones que han mantenido viva la esencia del aceite mallorquín.

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